sábado, 8 de mayo de 2010

Meditación infantil


La semana que viene empiezo el cole. Dicen que tercero es el más bravo. Todavía no sé si me voy a portar como el año pasado. Fui un boludo al creer lo que algunos decían de Papá Noel y de la carta para que me trajera regalos. Yo sabía que no era de verdad, pero por las dudas … Y si llega a ser de verdad, lo más seguro es que solamente se preocupe por los chicos ricos. Y tanto que me costó no pelear en los recreos, aguantarme que me dijeran mariquita, hacer de secretario y borrar los pizarrones, hacer todas esas cuentas. Y para qué, para nada. Y eso que la seño me ayudó con la carta para que estuviera sin errores. La hice tres veces. La última quedó limpita y bien bonita. Estaba clarito que le pedía una bici y una pleisteiyon. ¡Viejo gordo de mierda ! me trajo una pelota de plástico y unas medias.
Este año lo voy a esperar despierto y le voy a dar de hondazos a él y a esos renos boludos.
Y bueno, al que le trajeron todo lo que pidió fue al Matías ese. Me mostró los regalos ese día que pasé por su casa para buscar a mamá. Me acuerdo que en cuanto me vió me dijo “esa ropa que tenés era mía”. Tenía unas ganas de darle unos trompis. Me las aguanté para que mamá tuviera el trabajo y yo la ropa, porque dentro de poco la va a usar el Ramón que salió grandote. Me acuerdo que el padre era grandote y chupaba como esponja. Suerte que se fue en cuanto nació el Ramón. Mamá no lo extrañó mucho, más bien la noté contenta.
Me parece que el que se está viniendo por la casa muy seguido es el Chino y se está haciendo el querendón. Espero que no me haga otro hermano del que me tenga que ocupar.
Mejor me dejo de boludear y me lo voy a buscar al Ramón antes que se ponga oscuro y vuelva mamá. Hoy es jueves y seguro nos trae algo rico para comer.

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